¡La pluma es la lengua del alma!
Historias propias, alusiones, opiniones, poesía (viva nuestro Joan y nuestro Esteban)...
Decía Oscar Wilde que no hay más que dos normas para escribir; tener algo que decir y decirlo, y algo que decir tenemos todos..., "¡Co, a darlo todo, Pikarraleros!".