martes, 10 de agosto de 2010

Poesía dadaísta al eco de un concierto de Sabina

Experimento lingüístico con influencia dada. Cada participante decía la primera palabra que sin premeditación previa se le pasara por la mente hasta hacer un total de 24 distribuidas en 3 columnas de 8 palabras. Posteriormente se relacionaba cada palabra de la primera columna con otras dos de las siguientes sin repetir nunca palabra. Se añadían preposiciones y algún verbo en caso de necesidad y au.

El pastor del Demiurgo toca manos,
la bohemia del sillón le abraza,
la escoba que usa el Logos toma mate,
la farola junto al muro es armórica.

La noche fuma quencos en conjuros

de secretos imposibles para llaves.
Un cuadro del Picarral muestra el Geist
de la dihidroxiacetona en cassolette de sandwich.

Total libertad de rima y métrica.

Segunda parte del experimento, con formas semánticas sacadas del repertorio de Joaquín Sabina (gracias, maestro).

Una Nikon del supay Mortadelo;
eyaculé en Atocha sobre una fulana,
el ruido de una arpía y su pirata
un si bemol en un pacto de semen.

La cocaína que se mete Barbie Magdalena,
mi princesa en el dormitorio de Annie Hall.
Un juego de 19 y 2x4.
Bombín de caballeros y bicarbonato.

2 comentarios:

  1. muestra clara de la locuacidaz indomita de la menta reforzada sin duda por otros elementos inspiradores, gran hazaña la vuestra, me quito el sombrero.

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  2. Para que naciera tal elemento, debimos de ocupar un buen sitio al abrazo de la noche de conjuros, sin duda.

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